Érase una vez una reina que,
cosiendo junto a su ventana, se pinchó en el
dedo y vio como la sangre cayó en la nieve. Fue
entonces cuando deseó tener una hija con la piel
tan blanca como la nieve, los labios rojos como
la sangre y el pelo negro como el ébano. Y su
deseó se cumplió, naciendo la princesa
Blancanieves. Pero, la reina murió después de
dar a luz y el rey se casó con una hechicera
poderosa que tenía un espejo mágico.
La reina hechicera solía preguntarle a su espejo
una pregunta cada día:
Espejito, espejito, ¿quién es en la Tierra la
más bella de todas?
Y él contestaba:
Tú, mi reina, eres la más bella de todas.
Pero, cuando Blancanieves cumplió diecisiete
años era tan bonita como el día y la reina le
preguntó a su espejo, éste respondió:
Reina, estás llena de belleza, es cierto, pero
Blancanieves es más bella que tú y nunca
podrás cambiar eso.
La reina, celosa, ordenó a un cazador asesinar a
Blancanieves en el bosque y, para asegurarse, le
exigió que le trajera el corazón de la niña.
El cazador se arrepintió, la dejó escapar y le
llevó a la reina el corazón de un ciervo joven
(que luego fue cocinado por el cocinero real y
comido por la reina).
En el bosque, Blancanieves descubrió una
pequeña casa que pertenecía a siete enanos y
decidió entrar para descansar. Allí, éstos se
apiadan de ella:
Si mantienes la casa para nosotros, cocinas,
haces las camas, lavas, coses, tejes y mantienes
todo limpio y ordenado, entonces puede quedarse
con nosotros y tendrá todo lo que quiera.
Le advirtieron, eso sí, que no dejara entrar a
nadie mientras ellos estuvieran en las montañas.
Mientras tanto, la reina le preguntó a su espejo
una vez más quién era la más bella de todas y,
horrorizada, se enteró de que Blancanieves no
sólo estaba viviendo con los enanos, sino que
seguía siendo la más bonita de todas.
La reina usa tres disfraces para tratar de matar
a Blancanieves mientras los enanos están en las
montañas. En primer lugar, disfrazada de
vendedora ambulante, la reina ofrece a
Blancanieves coloridas cintas para el cuello,
Blancanieves se prueba una pero la reina la
aprieta tan fuertemente que Blancanieves cae
desmayada, haciendole pensar a la reina que está
muerta. Blancanieves es revivida cuando los
enanos le retiran la cinta de su cuello.
A
continuación, la reina se disfraza de persona
mayor que vende peines y le ofrece un peine
envenenado a Blancanieves. Aunque Blancanieves se
resiste a que la mujer le ponga el peine, ésta
logra ponérselo a la fuerza y Blancanieves cae
desmayada. Cuando llegan los enanos de las
montañas le quitan el peine y se dan cuenta de
que no alcanzó a clavárselo en la cabeza sino
que solo la rasguñó.
Por último, la reina
prepara una manzana envenenada, se disfraza como
la esposa de un granjero y le ofrece la manzana a
Blancanieves. Cuando ella se resiste a aceptar,
la reina corta la manzana por la mitad, y se come
la parte blanca y le da la parte roja y
envenenada a Blancanieves. Ella come la manzana
con entusiasmo e inmediatamente cae en un
profundo sopor.
Cuando los enanos la encuentran,
no la pueden revivir. Aun manteniendo su belleza
los enanos fabrican un ataúd de cristal para
poder verla todo el tiempo.
El tiempo pasa y un príncipe que viaja a través
de la tierra ve a Blancanieves en el ataúd. El
príncipe está encantado por su belleza y de
inmediato se enamora de ella. Este le ruega a los
enanos que le den el cuerpo de Blancanieves y
pide a sus sirvientes que trasladen el ataúd a
su castillo. Al hacerlo se tropiezan en algunos
arbustos y el movimiento hace que el trozo de
manzana envenenada atorada en la garganta de
Blancanieves se caiga haciéndola despertar. El
príncipe luego le declara su amor y pronto se
planea una boda.
La vanidosa reina, creyendo aún que Blancanieves
está muerta, pregunta una vez más a su espejo
quién es la más bella de la tierra y,una vez
más, el espejo la decepciona con su respuesta:
"Tú, mi reina, eres bella, es cierto; pero
la joven reina es mil veces más bella que tú."
Sin saber que esta nueva reina era, de hecho, su
hijastra, la reina es invitada al matrimonio de
un príncipe de un país vecino, cuando se da
cuenta que la nueva reina es la princesa
Blancanieves, la reina-hechicera se asusta y se
desespera tratando de pasar desapercibida.
Sin embargo el príncipe y Blancanieves la ven.
Blancanieves la reconoce y le cuenta al príncipe
todo lo que la aquella le hizo. Como castigo por
sus malos actos, el príncipe, ahora rey, manda a
confeccionar un par de zapatos de hierro que son
calentados al fuego hasta quedar rojos. Luego
obliga a la reina a ponérselos y bailar hasta
que cae muerta.


Más cuentos de Princesas



