Había una vez una princesa muy hermosa que se pasaba todo el
dia lamentandose de ser muy fea.
- ¡¡ Ayyyy que fea soy, que desdicha !!
Todo el que la escuchaba le respondía de inmediato
- ¡Oh no princesa!¡¡ eres muy bella !!
Era una princesa sumamente vanidosa y era lo que ella pretendía,
oir continuamente de labios de todo el que la rodeaba que era
hermosa, ese era el motivo de que se lamentara a todas horas para
que todos exclamaran lo bonita que era.
Un día, su hermana pequeña, harta de escucharla todo el dia
quejandose de su inexistente fealdad, se dirigío a uno de los pajes reales y le dió una orden. Este ensillo su caballo y
tomando las riendas de su magnífico animal, tomó rumbo al
poblado.
¿ Que fue lo que la joven princesa ordenó al paje ? te preguntarás,y pronto lo sabrás.
El día de la fiesta anual del pueblo, todo estaba previsto para
festejar, con ricos asados de cerdo acompañado con pan recien hecho y ricas verduras de la huerta, que la
gente comería todos reunidos en mesas dispuestas en la plaza
mayor del lugar, terminando con alegres bailes populares. Antes, debía pasar el cortejo real, costumbre
de la familia real de visitar a sus ciudadanos para de este modo
conmemorar y felicitar tan feliz y esperado dia, mientras
saludaban al gentío desde su carroza. El Rey y la Reina acudirían
en cortejo como cada año junto a sus dos hijas ataviados son sus
mejores y más hermosas vestimentas.
La comitiva real partió en su carruaje tirado por espectaculares
caballos blancos y la princesa, sabiendo lo hermosa que lucía
especialmente ese día, iba toda orgullosa levantando el mentón.
Al llegar al pueblo y comenzar a pasar por donde la gente se
agolpaba para verlos, la princesa comenzó a decir desde su
carroza.
- Buen dia y festejo tengáis querido pueblo a pesar de tener que soportar en estos momentos
mi presencia y mi fealdad que os debe estar haciendo daño a la
vista.
De repente todo el mundo comenzó a decír
- Oh princesa, sin duda tenéis razón con vuestra indiscutible sabiduría y carecéis
de toda gracia, pero no todo el mundo puede ser hermoso y la
belleza es algo que se lleva en el interior
Todo el mundo exclamaba cosas similares que dejaron estupefacta a
la princesa , la cual estaba con una cara de espanto que era
digna de ver, mientras su hermana, muy linda tambien por cierto, la miraba
sin decir nada.
Al terminar el cortejo, sin decir una sola
palabra, la princesa corrió escaleras arriba camino a sus aposentos.
El Rey en ese momento miró a su hija menor y le guiño un ojo. La
hermanita había urdido un plan y pidiéndole permiso a su padre
el Rey para llevarlo a cabo, había enviado al paje al pueblo ese día a
pedirle al pueblo que exclamarán esas cosas a la princesa a su
paso, ofreciendoles a cambio un cargamento de telas y piel para
confencionar ropa y calzado, ¡ que nunca vienen mal !.
Y te preguntarás de nuevo ¿ pero para que le hizo eso a la
princesa ?, y yo te respondo que para darle una lección; desde
ese día, la princesa no volvió a lamentarse de ser fea, y dejo
de torturar a toda la corte con sus falsos llantos de lágrimas
de cocodrilo, aprendiendo a dejar la vanidad a un lado y siendo
menos orgullosa, engreída y manipuladora.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado